Ríos de Palos

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Realmente viajar a la Sierra Gorda no es un viaje muy cercano para mi, muchos también dirían que es un lugar más en México, que aunque bonito no se compara con otros. Pero para mi tiene un significado muy especial, es de los primeros recuerdos que tengo acampando junto a un río, hace casi 20 años. También es el primer viaje largo que hice cuando empecé a escribir esta página y ahora fue un viaje familiar para recordar todo lo que hemos vivido. Para que fuera emocionante decidimos dormir en un lugar nuevo y visitar algunos lugares que ya conocíamos y otros no. Todo el viaje se centró en la idea de poder dormir en el ejido de Cuatro Palos y ahí es como comienza nuestro fin de semana.

Llegamos antes de medio día al ejido Cuatro Palos para que nos dieran las llaves de las cabañas que rentamos. No eran las más grandes pero sí que tenían su encanto. Dejamos todas nuestras cosas y continuamos a la cascada del Chuveje, que hace poco más de un año yo había visitado. Claro que esa vez fui un domingo en la tarde y no había nadie, esta vez era sábado y estaba bastante llena de gente. Aún así es un lugar hermoso, así como el río que corre con aguas cristalinas. Con más compañía estaba dispuesto a nadar y de un clavado terminé empapado en agua que estaba muy cerca de su punto de congelación (según yo). Al salir de ahí pasamos a las cabañas a cenar algo y poder descansar un poco de lo que habíamos manejado y caminado.

A la mañana siguiente con las energías recargadas, subimos al Mirador de Cuatro Palos que es la parte más turística, si se puede decir así a un lugar que cuesta trabajo encontrar en Google Maps. Realmente el lugar es Increíble, no solo por la vista (nosotros no vimos nada, las nubes cubrían todo), sino también por el camino y la tranquilidad del lugar. Sin duda es de esos lugares que aún no son tan famosos y que vale la pena visitar.

Bajando decidimos seguir nuestro camino al Río Escanela, en especial al Puente de Dios. Parecería raro pero no es el mismo que el de San Luis Potosí, y de eso trató nuestra plática mientras manejaba por allá. La llegada al Río Escanela no es nada bonita, parece que te encontrarás a todo el mundo ahí (y en cierta manera es cierto) pero están muy bien organizados. es necesario que salgas al puente en la compañía de un guía, tanto para evitar una caida como para evitar que ensucies o destruyas cosas. Realmente si tienes que caminar una media hora, pero es una caminata muy tranquila y sencilla para casi todas las edades.

Durante el camino cruzamos muchos puentes y nos encontramos un sinfin de personas, pero nuestra sorpresa fue al llegar al Puente de Dios pues realmente estaba lleno de gente y por poco no se podía caminar, decidimos regresar sobre el río y nadar un poco sobre las pozas que naturales que se forman. Los fines de semana son cortos y en menos de lo que nos dabamos cuenta tuvimos que regresar a la camioneta con dirección a Querétaro.

 

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