Aprovechamos una de las últimas semanas para ir a visitar las luciérnagas de Nanacamilpa en Tlaxcala. Después de una investigación que parecía solo ir en círculos decidimos llegar a quedarnos a Piedra Canteada, pues era el nombre más recurrente en blogs y artículos que leíamos. Una vez con eso en mente hicimos una pequeña investigación y aprendimos dos cosas, que haría mucho frío y que la carretera de acceso se cierra a las 7 de la noche. Con esto en mente hicimos maletas y salimos en la mañana del sábado con rumbo a Nanacamilpa, pero ya que nos acercábamos y como notamos que aún teníamos algo de tiempo tomamos otro rumbo.
Los letreros en la carretera nos guiaron hasta Huamantla. La entrada no nos dejaba ver lo interesante que sería dentro, pero en nuestro mapa lo primero que aparecía era el Museo del Títere. Nos estacionamos entre las calles del centro, compramos un café bien merecido por el camino y comenzamos a caminar. Lo primero que vimos fue una boda en la Parroquia de San Luis Obispo, cuyo interior en chapa de oro hacía que todo pareciera bañado en un atardecer infinito.
Después caminamos por las calles hasta llegar al Museo Taurino, un museo muy bien montado con fotografías, maquetas y todo lo relacionado con la tauromaquia. Al salir de ahí caminamos a la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad que tiene un patio impresionante donde colocan por mediados de Agosto unos altares de más de 6 metros por 10 metros sobre superficies de arena.
Una vez terminada la caminata general nos dirigimos al Museo del Títere donde la sorpresa fue gigante pues hace rato que no teníamos una sonrisa tan grande en nuestra cara como mientras caminábamos por las salas y nos encontrábamos con más y más títeres curiosos y llenos de detalles. En las distintas salas había historia del títere mexicano, títeres de otros países, títeres actuales y de todo un poco. El día no era infinito y tuvimos que volver a tomar carretera para regresar a Nanacamilpa.
La carretara la cierran a las 7 de la noche pero nosotros no llegamos a Nanacamilpa sino hasta poco después de las 6 por lo que era la hora en la que todos estaban llegando, incluidos los tours en camiones y camionetas de pasajeros. Cuando por fin llegamos a nuestro destino que era Piedra Canteada notamos más orden en todo, inmediatamente nos indicaron donde era el área de campamento y que teníamos una hora para estar listos antes de la salida nocturna para ver las luciérnagas.
Montamos la casa de campaña, colgamos la hamaca y descansamos un rato antes de pasar por algo de cenar para aguantar lo que nos prometían sería una caminata nocturna. Nuestras opciones de caminata eran básica, media y extrema y suponiendo que entre más extremo llegaríamos a un mejor punto para ver las luciérnagas nos anotamos a esa pues creímos que teníamos aun suficientes fuerzas. Una vez separados en grupos comenzó la caminata, la que nos tenía un poco preocupados por l cansados que veníamos de la carretera y que estábamos cargando la cámara, el tripie y una gran botella de agua. Nuestro guía nos hizo esperarnos un tiempo en la parte más baja, o la entrada al bosque. Por suerte pasamos un buen rato en la parte baja esperando que los demás grupos se fueran pues es el mejor lugar para ver las luciérnagas pues pareciera que se juntan bajo la copa de los árboles bajos. Seguimos nuestro camino a nuestra caminata extrema que a lo mucho fueron 200 metros y fue donde menos se pudieron ver luciérnagas. Bajando de la caminata extrema pudimos observar algunas luciérnagas de nuevo en la parte baja antes de que aparecieran de nuevo todos los grupos. Después de eso pasamos por unas quesadillas para cenar y nos dirigimos a nuestra casa de campaña a dormir.
Dormimos como bebés y al siguiente día, tarde per seguro, nos levantamos para dirigirnos a los Baños de Nezahualcóyotl. Ese fue el destino sorpresa del viaje pues no estaba realmente planeado pero lo teníamos reservado en la parte trasera de nuestro cerebro esperando algún día estar por ahí cerca. Llegar fue una aventura guiada por nuestro celular pues los letreros no son nada claros. El sitio pertenece al INAH no hay ningún tipo de infraestructura ni señalética para llegar. Sin duda es el lugar donde casi todos los visitantes se quejan pues para llegar hay que subir muchas escaleras y senderos de piedra, pero una vez arriba todo vale la pena. Los Baños sin duda son una de las obras de ingeniería hidráulica para una casa que hubo antes de la llegada de los españoles. El agua es traída de casi 6 km de distancia y el lugar era la casa de campo de Nezahualcoyotl el Rey Poeta.
Saliendo de los baños tomamos nuestro camino de regreso a casa cansados, asoleados, con hambre pero más que felices.
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